Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://jessemqlb123952.smblogsites.com/38626855/causas-y-consecuencias-del-cabezazo-de-zidane