Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://tasneempfeb098633.blogthisbiz.com/45886761/el-cabezazo-de-zidane-en-cámara-lenta